de haberte visto volar
los aviones quedarían pequeños
para seguir el viento y ser
mil pajaritos de madrugada
pío pío en la mañana que nace del mundo

o qué otras formas de amarte que no puedo escribir
sino de arrastrar el cuerpo hasta la esquina
en que prostituís tus sueños míos
entre los mil pajaritos de madurgada
que hice cantar pío pío de mí hasta sentirme tan tuyo
tanto que olvidé hasta la literatura
en la vorágine de tu vuelo.

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