ser/estar

Bajo la incrédula conspiración sarnosa
del desencanto
transpiran la noche de las calles los desesperados
con asma de dios y aliento envenenado
abrazando entre delirios la lluvia de invierno
porque no hay mujeres ni estrellas
no hay madres ni enfermeras ni salidas
que amontonen derramen palabras y ciencia
que abracen su corazón liciado por el mundo curado
por quien sabe que secreto maldito
que la vida todavía esconde
tras la muerte y allí van
allí vamos
tras un bar una salida un abrazo una mujer una madre
una estrella siquiera
que la vida todavía esconde tras la muerte
y morir y vomitar y ser la noche
allí seguimos.