Richard un buen amigo categorizó al mundo como un espanto
un agujero negro que se abría en su pecho
que se tragaba al mundo mismo
y se lo tragaba a él con el mundo

entonces se puso de espaldas
trató de esquivar las sombras
intentó tapar su pecho con sus palmas

y apaluidó aplaudió tanto silencio
cerró los ojos como última esperanza
acarició a los ciegos con miradas
encontró amigos trepado en las ramas del fin del universo
y saludó a los espectros y andrómedas
con el gesto adusto de un muerto

y allí me encontró
buscando un lugar entre las ramas del árbol de la noche
aplaudiendo los silencios
de espaldas al llanto de la luz
aún respirando
con el gesto adusto de los muertos.
...pero si nada te toca salvo la noche
¿podría dolerte al menos de costado?
la música, esa píldora exótica
no quisieras tomarla
es el caldo alucinado a los pies de un cuadro lúgubre
de paisajes notámbulos de sombras azules
como una tarde triste que abraza fuerte
y no deja de apretar
como los últimos ecos del silencio.

pero es tu música el mayor de los ocasos
acaso esa melodía que proyectan tus ojos oscuros y abnegados
que le cantan al invierno como todas las faunas
en esa partitura de la muerte que tan profundamente entiendo.
bajo este cielo o bóveda celeste.