El imperio de la moral

Eugenio Rodolfo Salvatierra mulato intelectual escriba
manuscrito desde el subterráneo de la gran urbe
perseguido por la policía metropolitana
cayó más de una vez en las garras de un Juez de martillos simbólicos
atrapado también en más de un poema sucumbido en prisión
saltó por los techos del poder como un sapo entre zanjas
asaltó moncada durmió bajo la autopista
dicen que viajó una vez a la costa a ver el mar
a solucionar sus problemas en los ojos
y volvió herido como está
no de muerte como los diarios mienten
sino de vida de una revancha que nació de su amor
su apellido un destino fugaz salvar-la-tierra

en su honor se encendieron algunas ornallas difíciles en mi conciencia
con tanto viento mortal que sacude al desierto donde aquel hombre
se tapa con la arena para no volarse volverse olvido.

1 comentario:

Daniel Mecca dijo...

Gracias por tu comentario en mi blog.¿Cómo llegaste? Muy interesante el tuyo también. Profundo. Infernal. ¡Saludos!