Ahora en estas horas de la madrugada en que has de brillar entre grillos murciélagos y cascadas celestes tan divina que recorres poblados abres los mares y conversas con otros cuerpos dime al menos un sólo rubor de tus ojoos devuélveme uno a uno los instantes de mis manos convídame con los sueños que te devoras y otorogame un desliz de tu olvido donde rescatar mis libros inéditos antes de que sean póstumos.
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