Como embrujo de Andrómeda.

Porque la soledad deriva en desesperación.
Y la desesperación existe porque existe el basta, aunque no haya basta que baste
para terminar con ella.
Y del basta devino el riesgo - como explosión y ladera -. Creciente el riesgo, más soledad.
Y a más soledad más desesperanza. Y de ellas las matemáticas,
y como ellas este cálculo, y de ellas la cordura - inestable- y la locura - tensa-.

Así como de las arcadas sigue el vómito, y el vómito genera a su vez otras nuevas arcadas que producen más vómito, así se siente. No todo el que busca encuentra.
Ése es el mapa circular del corazón. Un creciente círculo vicioso
que nos pierde dentro, un espiral - mapa del Universo -,
un pozo - donde se hunde la razón -.
Laberinto de infinitas paredes donde crepitan los locos y donde crepitan las cadenas
y donde, al final - como embrujo de andrómeda -
aparecieron tus ojos, trampolines del averno y también espirales.

La constelación, el ánima;
lo que sangramos en las noches de calles negras
y a quien bebimos de a sorbos el vino juntos
- la que me llevó a vos, la que te trajo a mí - Y así.

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