Una máscara para dos caras

Me encuentro despidiéndote,
- la música de la tromenta,
ese trueno negro endulzado de viento,
se oye en el cielo turbulento -

ademanes de mis manos bordean el adiós,
están podridas pero lloran tiernas,
tal vez acarician tu pelo,
se lo llevan al vuelo hacia algún lugar más seguro.

los jinetes sobrevuelan nuestras cabezas,
al acecho - tienen el rostro negado -
quizás nos hablen de mañana,
quizás vengan a coronar esta angustia.

la máscara de la muerte son estas palabras,
y mientras te amacás en el fondo negro,
ellas te reclaman, ellas te pertenecen.